Cervezas, cuerpos y esperas.

Rubia la cerveza y yo recorriendo su piel morena, queriendo lamerla entera.

Me brilla la cara, me besa y yo ya quiero comerle hasta el alma.

Rubia la cerveza y mi cerebro explota.

Me sublevo ante ella, le pido que se porte bien pero que me haga suyo todas las veces que quiera.

Rubia la cerveza, su cuerpo caliente y mi lengua deseando enredarse entre sus piernas.

Me coge y no me suelta,

me muerde el cuello.

Mi alma y cuerpo se conectan de nuevo.

Rubia la cerveza y ella frente a mí.

Ella me mira mientras yo ardo en deseo de entrar y quedarme, de que me sienta dentro y sin palabras decirle…

“Si quieres volver no hay problema, te esperaré cada vez que tu quieras.”